No encontrar el camino, no saber cual es la meta, me ha llevado a autodestruirme, entre juergas y fiestas, que me han llenado de malestares sicológicos.
Entre sicodélicas oscuridades,
pierdo así mis memorias,
Mientras mi garganta se inunda
por el alcohol y la lujuria.
Bebo esencias de codicias,
cuerpos danzantes que no miran
Solo yo, y mi alma se enjuicia
Por estar solo en esta vida.
Otra vez, de nuevo en mi perfidia
Mientras en mi alma se despierta
sin querer la asquerosa envidia
Por no tener a nadie cerca
A quien abrazar y sentirla mía
Es aquella que no me encuentra
¡Por mis aspectos de agonía!
ni a mis ojos ella, mirar querría.
tantos humos desgarradores
Tanta amargura en los vasos
Estoy perdiendo la cordura
encuentro allí mis fracasos
¿este es el final de mis días?,
¿este es el final de mis pasos?
¿Qué puedo hacer con mi vida?
Estoy llegando al final del ocaso.
Juan Pablo
Paralelo 53° sur, Noviembre 27 de 2005
1 comentario:
Gracias por visitar mi blog!
La tristeza y la desilusión nos lleva por los caminos que quizá, nunca quisimos antes vivir. Hay cierto tipo de gente que piensa que cada uno es responsable de las desilusiones, y que la felicidad es una desición. Yo creo, que esas personas son precisamente quienes causan las tristeza de otros, y buscan excusas para expiar sus culpas.
Creo que la autodestrucción tiene origen en los sucesos que acontecen en nuestras vidas desde que abrimos los ojos. Se van sumando y un día explotan en que ya no nos interesa nada más que morir cada día. Eso pienso. Me gusto tu post! chau...yo quería llegar hasta punta arenas, pero llegué hasta Chaitén y pegué la vuelta rumbo a Valparaíso. Claro que visité muchos lugares hantes de llegar hasta La Sebastiana.
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